ICTJ reporta: La Infancia y la Juventud

23/09/2013

En esta edición del ICTJ reporta, conocemos en profundidad el trabajo del ICTJ en materia de niños y jóvenes alrededor del mundo.

A continuación hablamos con la directora del programa de la Infancia y la Juventud del ICTJ, Virginie Ladisch, sobre la importancia de incluir a los niños y los jóvenes en los mecanismos de justicia transicional. Además de dar una visión detallada de los proyectos e investigaciones que actualmente lleva a cabo el ICTJ alrededor del mundo sobre este ámbito, Ladisch explica cómo el programa desarrolla estrategias junto con colaboradores locales e internacionales que buscan incluir a niños y jóvenes en los diálogos del post-conflicto, los procesos de reconciliación y las iniciativas de reconstrucción comunitaria.

Precisamente, esta semana Ladisch se encuentra en Uganda para participar en una conferencia sobre cómo los conflictos armados afectan a niños y jóvenes, y las acciones específicas que deben llevarse a cabo para abordar sus experiencias.

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El objetivo del programa de la Infancia y la Juventud del ICTJ es promover el entendimiento del papel de los niños y los jóvenes en contextos de transición y asesorar a aquellos que implementan mecanismos de justicia transicional alrededor del mundo sobre la mejor manera de incorporar estas experiencias a su trabajo. ¿Cómo empezó el ICTJ a involucrarse en este aspecto de la justicia transicional?

El ICTJ comenzó a prestar atención al problema los niños en el marco de la justicia transicional en 2005, a partir de las comisiones de la verdad de Sierra Leona y Liberia. Estas dos comisiones se centraron mucho más en los niños que ninguna otra comisión hasta entonces, y ambas reconocieron la necesidad de examinar las violaciones cometidas contra niños y de involucrarlos en los procesos de búsqueda de la verdad.

Por aquel entonces, el principal organismo que impulsaba la agenda de los derechos de los niños en los procesos de justicia transicional era UNICEF – el ICTJ y otras organizaciones vinculadas a la justicia transicional aún no habían comenzado a participar en esta discusión.

Comenzamos a colaborar más formalmente con UNICEF cuando realizamos una importante investigación conjunta acerca del papel de los niños en las comisiones de la verdad, el fruto de la cual es el informe “Children in Truth Commissions”.

Seguidamente iniciamos un proyecto de dos años que exploraba la situación de los niños en los procesos de justicia transicional y evaluaba qué papel podría tener el ICTJ en este tema. A lo largo de esos dos años, evaluamos la situación de cuatro países: Liberia, Nepal, RDC y Colombia, a fin de analizar si los diversos actores involucrados en la justicia transicional habían tenido en cuenta las violaciones de los derechos de los niños, si habían involucrado a los niños en el proceso, y de qué manera.

Observamos que, si bien se habían logrado importantes innovaciones y avances, aún existían grandes brechas.

Concluimos que, gracias el enfoque específico del ICTJ en la obtención de reparaciones por violaciones de los derechos humanos cometidas en el pasado y en mejorar la rendición de cuentas, podíamos hacer aportes al debate que complementarían el trabajo realizado hasta entonces por las organizaciones de protección de los niños.

Desde el 2008, el programa de la Infancia y la Juventud del ICTJ funciona como un programa temático transversal, lo que quiere decir que examinamos todos los mecanismos de justicia transicional y trabajamos en casi todos los países en los que el ICTJ actualmente desarrolla actividades.

El objetivo de la justicia transicional es investigar violaciones cometidas en el pasado para reparar los daños y establecer un nuevo paradigma de rendición de cuentas, sentando las bases de un futuro más estable y pacífico en el que se respeten los derechos humanos. Así que, pensando especialmente en ese aspecto orientado al futuro de la justicia transicional, creemos que es fundamental tener en cuenta la participación de los niños y los jóvenes en ese proceso, en dos sentidos.

En primer lugar, hay que ver a los niños como víctimas, o como una población afectada: ¿Cuáles fueron los impactos de las violaciones en los niños? ¿Cuál fue el papel de los niños en el conflicto? ¿Cuáles son las consecuencias a largo plazo de esta experiencia para ellos?

En segundo lugar, debemos pensar en los niños como ciudadanos, como miembros de la sociedad involucrados en este proceso. Para que las medidas de justicia transicional tengan un impacto duradero, es fundamental que resuenen en la sociedad. En muchos de los contextos en los que trabajamos, la población es extremadamente joven: en algunos casos, la mitad o más de la mitad de la población es menor de veinticinco años. Queremos garantizar que estos mecanismos promuevan la participación de los jóvenes y los niños a lo largo de todo el proceso, según proceda, y que los mecanismos de justicia transicional se esfuercen por comunicar los resultados y conclusiones de sus procesos a los jóvenes.

Nuestro trabajo dentro del ICTJ se organiza en torno a dos ejes: el análisis del impacto de las violaciones en los niños y los jóvenes, y el fomento de la participación de los niños y los jóvenes en los procesos de justicia transicional. Realizamos investigaciones sobre mejores prácticas y las acciones que se han llevado a cabo hasta la fecha, ya que se trata de un área aún en desarrollo. Posteriormente aplicamos los resultados de nuestras investigaciones y nuestra experiencia para identificar los enfoques más eficaces.


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Como dijo anteriormente, el programa de la Infancia y la Juventud del ICTJ es uno de esos programas temáticos transversales. Normalmente, cuando pensamos en la justicia transicional y en la estructura programática del ICTJ, pensamos en los cuatro pilares: justicia penal, verdad, reforma institucional y reparaciones. Pero el programa de la Infancia y la Juventud trabaja dentro de cada uno de estos cuatro pilares, además de trabajar específicamente con nuestras oficinas nacionales. ¿Podría explicarnos algo más sobre cómo funciona la unidad?

Nuestra labor exige que estemos familiarizados con los diversos mecanismos de justicia transicional, y que seamos capaces de aplicar nuestro trabajo en múltiples contextos nacionales.

Por eso colaboramos estrechamente con nuestras oficinas nacionales, ya que nuestros colegas son los más indicados para identificar los puntos de entrada y las necesidades clave. Posteriormente coordinamos nuestro trabajo con los programas temáticos correspondientes.

Por ejemplo, en Costa de Marfil trabajamos con la unidad de Verdad y Memoria del ICTJ en la elaboración del cuestionario para la comisión de la verdad, y contribuimos al desarrollo de preguntas de particular relevancia para los jóvenes, o para personas adultas que sufrieron violaciones cuando eran niños.

También nos pareció que había que elaborar un cuestionario aparte para los niños, con un formato diferente y otra metodología para tomar declaración a los niños.

Asimismo, estamos trabajando con el programa de Justicia Reparadora en el desarrollo de preguntas que deberían hacerse para sentar las bases de un programa de reparaciones que aborde adecuadamente las necesidades de los niños y los jóvenes.


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Como usted dijo, los niños son actores clave en los procesos de justicia transicional: no solo son un grupo vulnerable que a menudo es objeto específico de abusos, sino que además son agentes fundamentales del cambio social. ¿Cuáles diría que son los principales obstáculos o desafíos que enfrenta esta área relativamente nueva de la justicia transicional? ¿Existen suposiciones o prejuicios que impiden una mejor comprensión de estos conceptos?

Creo que uno de los obstáculos tiene que ver con el término “niños”. Creo que la gente inmediatamente se imagina a un niño muy pequeño que está fuera de lugar en las discusiones de índole política que se dan en el ámbito de la justicia transicional.

Yo le recuerdo a la gente que legalmente, según los estándares internacionales, los niños son personas menores de dieciocho años, y ese es también el motivo por el cual incorporamos el término “jóvenes” tanto en el nombre de nuestro programa como en todo nuestro trabajo. Porque nos referimos a los niños y a los jóvenes; principalmente aquellos entre los doce y los veinticinco años, quienes tienen un papel muy importante en este proceso. Así que un primer paso es superar esta noción de que los niños son demasiado jóvenes.

Otro de los obstáculos es la idea de que los testimonios de los niños—por ejemplo en las comisiones de la verdad—no son confiables, y que deben ser verificados por un adulto.

Pero de hecho, la investigación en el campo de la psicología forense demuestra que, si se emplea la metodología adecuada—técnicas de entrevista apropiadas y personal formado y cualificado para entrevistar a niños—se obtiene información muy confiable, tan precisa como la información que se obtiene de los adultos, aun cuando pueda ser menos rica en detalles. Por eso también es necesario que la gente entienda que los testimonios de los niños son válidos, precisos y necesarios.

Es un área en la que, a veces, los gobiernos y los mecanismos de justicia transicional son reacios a invertir. Pero la postura del ICTJ es que va en su propio interés hacer esa inversión: mejoraría la eficacia del trabajo, ayudaría a los niños al proporcionarles un espacio para que hablen y se reconozca lo que han sufrido, sus perspectivas enriquecerían las historias que relatan y, finalmente, sería bueno para la sociedad en su conjunto que los niños y los jóvenes se sientan dueños de este proceso. De ese modo, es mucho más probable que lleven adelante y defiendan los valores que emanan de estas discusiones y debates.


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#### El desafío de proteger a los niños adquiere especial dificultad durante los juicios penales, particularmente cuando declaran como víctimas o testigos. ¿Cómo se ha involucrado en esta cuestión? ¿Qué desafíos presenta ese trabajo?

El consenso general es que los niños no deberían ser citados como testigos en causas penales, si puede evitarse. En caso de que tengan que estar presentes, existen medidas muy específicas que se deben disponer para protegerlos. Ese es un campo bastante bien desarrollado, por lo que el ICTJ no ha determinado que exista ninguna necesidad de centrarse en él.

En lo que sí nos hemos centrado es en la cuestión de la rendición de cuentas por violaciones que afectan directamente a los niños.

Por ejemplo, allí donde haya una comisión investigando las consecuencias, los impactos y las violaciones que sufrieron los niños, queremos garantizar que el correspondiente proceso penal sancione a los principales responsables de las violaciones, y que se transmita claramente que este tipo de violaciones de derechos no serán toleradas.

Uno de los desafíos que hemos enfrentado recientemente surgió en el contexto del primer juicio llevado adelante por la Corte Penal Internacional (CPI), que se centró en el reclutamiento de niños. Esto fue un hecho significativo, ya que señaló que había un tipo de violación que no sería tolerada. Sin embargo, a corto plazo ha tenido una consecuencia negativa a la que aún no está claro cómo debemos hacer frente en ciertos contextos como la RDC y Colombia: las fuerzas que habían reclutado a niños decidieron liberarlos en secreto, sin pasar por un proceso formal de desmovilización, para evitar ser investigadas y posiblemente procesadas.

Así pues, a la vez que seguimos promoviendo la rendición de cuentas por el reclutamiento ilegal, es necesario establecer medidas para garantizar que, al menos a corto plazo, los niños actualmente vinculados con grupos armados no se vean afectados negativamente.


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#### El año pasado, el ICTJ fue invitado a dirigirse al Consejo de Seguridad para referirse a cuestiones de rendición de cuentas y el papel de los niños en los procesos de justicia transicional, previo al debate del Consejo sobre los niños en los conflictos armados. Esto fue, en gran medida, el resultado del trabajo de su unidad. ¿Podría hablarnos de la importancia de esta intervención, de qué se trató, y cuál fue su impacto, en su opinión?

Colaboramos muy estrechamente con la Oficina del Representante Especial del Secretario General para la cuestión de los niños y los conflictos armados. El año pasado, el eje del debate abierto en el Consejo de Seguridad fueron los perpetradores reincidentes, es decir fuerzas armadas o grupos armados que han seguido reclutando niños. El eje de la discusión fue la rendición de cuentas, y dado que el ICTJ es una de las pocas organizaciones especializadas en esta cuestión, nos invitaron a hablar. Fue en ese contexto que David Tolbert, presidente del ICTJ, se dirigió al Consejo de Seguridad en septiembre de 2012.

La experiencia del ICTJ en el ámbito de las medidas de justicia penal indica que, en general, los juicios nacionales visibilizan los efectos de la justicia y transmiten el mensaje de “nunca más” mejor que los juicios internacionales. Uno de los mensajes clave que quisimos transmitir en el Consejo de Seguridad fue, pues, que es necesario prestar mayor atención a la rendición de cuentas, particularmente a nivel nacional.

Nuestro segundo mensaje se refirió a los planes de acción firmados entre el Grupo de Trabajo sobre Niños y Conflictos Armados de Naciones Unidas y países en los que existe algún grupo armado que recluta niños.

En general, hasta la fecha el objetivo central de estos planes ha sido frenar el reclutamiento. Esto en sí mismo constituye un gran desafío, y una de las concesiones que se suelen hacer para facilitar su firma es no hacer público el contenido de los planes de acción. Lamentablemente, esto significa que es muy difícil, incluso imposible, obligar a estos grupos a rendir cuentas, ya que nadie sabe con certeza qué se han comprometido a hacer. Creemos que los planes de acción deberían hacerse públicos para que la gente pueda monitorearlos, exigir su implementación y obligar al gobierno a rendir cuentas.

Asimismo, gracias a los planes que sí se han dado a conocer al público sabemos que no insisten en la prevención a largo plazo ni en la rendición de cuentas. Creemos que la elaboración de un nuevo plan de acción ofrece una oportunidad para inscribir en él la rendición de cuentas, que deberá ser implementada una vez que finalice el reclutamiento.

Es un equilibrio difícil entre la necesidad de lograr que los niños que actualmente integran grupos armados sean liberados, la necesidad de prevenir el futuro reclutamiento de niños, y la necesidad de hacer frente a las violaciones cometidas contra los derechos de los niños reclutados. Creemos que los dos últimos objetivos se pueden lograr incorporando mayores medidas de rendición de cuentas en los planes de acción, y que es necesario innovar para lograr hacer esto sin sacrificar primer objetivo.


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#### Antes mencionó la cuestión del reclutamiento de niños, y cómo el sistema de justicia criminal no alcanza para lidiar con las consecuencias de este tipo de victimización de la infancia. Pero la justicia criminal también debe dar cuenta del hecho de que los niños soldado a menudo cometen terribles actos de violencia. ¿Dónde ha visto casos que hayan abordado con éxito este problema? ¿Y cómo contribuye su trabajo a su resolución?

Quienes promueven la protección de la infancia suelen decir que un niño siempre debe ser considerado una víctima. Nuestra posición es que, si bien no reclamamos que sean juzgados por las graves violaciones que hayan cometido, el eje de la justicia transicional es la rendición de cuentas y el establecimiento de un régimen basado en los derechos, y por ello no creemos que ignorar totalmente la responsabilidad de los niños sea la mejor forma de ayudarlos a reintegrarse en la sociedad. Entonces, actualmente nos estamos preguntando, ¿cómo podemos ver a los niños como titulares de derechos con ciertos privilegios, y al mismo tiempo reconocer sus responsabilidades?

Creo que el caso que realmente impulsó esta cuestión fue Sierra Leona, donde el Tribunal Especial (SCSL) decidió no considerar a ningún niño penalmente responsable de cometer violaciones, sino sólo a sus comandantes. Esta decisión transmitió claramente a los niños que no serían enjuiciados, e impulsó a muchos a presentarse ante la comisión de la verdad y contar sus historias.

También estamos analizando cómo alejarnos de la falsa dualidad entre el niño como víctima y el niño como responsable. De hecho, la realidad es mucho más compleja—pueden ser ambos. Esto es algo que seguimos explorando en el contexto de nuestro trabajo, ahora especialmente en Colombia y Uganda.


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#### En Colombia avanzan las negociaciones de paz entre el gobierno y las FARC, y uno de los temas que se están discutiendo es la justicia transicional. La oficina del ICTJ en Colombia es la mayor de sus oficinas nacionales, en parte porque este país ofrece muchas esperanzas de que la justicia transicional sea integrada a lo que podría ser un verdadero nuevo comienzo para esta sociedad tras 50 años de conflicto armado. ¿Cuál es la labor del programa de la Infancia y la Juventud en Colombia?

Actualmente, estamos trabajando estrechamente con la Unidad deVíctimas, intentando apoyar el trabajo que realizan otorgando reparaciones. Hemos consultado a otras ONG que llevan allí mucho tiempo – hay un campo bastante desarrollado de la sociedad civil que ha estado analizando el reclutamiento de niños con un nivel importante de conocimiento experto.

Acabamos de completar un estudio que analiza qué tipo de reparaciones son las más adecuadas para lidiar con las consecuencias y el impacto del reclutamiento de niños.

El estudio, de próxima publicación, reseña lo que se ha hecho hasta la fecha y analiza algunos de los desafíos, además de ofrecer recomendaciones para fortalecer el trabajo del actual programa de reparaciones de Colombia.

También estamos pensando en las futuras negociaciones de paz. Si el objetivo final es ayudar a reintegrar a estos niños y jóvenes a la sociedad, ¿cómo pueden las negociaciones tener en cuenta la cuestión de las personas reclutadas cuando eran niños?

Una de las conclusiones clave que arroja nuestro trabajo en Colombia es que es necesario realizar más consultas con los jóvenes y los niños para entender cómo identifican los impactos de su experiencia y cuáles son sus exigencias específicas.

Por ejemplo, una de las cosas que descubrimos fue que a algunos niños que habían formado parte de grupos armados les incomodaba recibir reparaciones por su condición de víctimas, ya que estos grupos habían cometido atrocidades. En su lugar, querían hacer algo para ayudar a evitar que otros niños fueran reclutados, o para ayudar a las autoridades a ubicar posibles fosas comunes. Necesitan sentir que pueden enmendar algunas de las cosas que hicieron.

Analizamos los programas de reintegración de Colombia, que han contribuido al proceso de desmovilización y han capacitado a estos jóvenes para que tengan diversas salidas de futuro. Pero algunos de los cursos que se ofrecen se limitan a oficios como peluquería, sastrería, cocina, y algunos jóvenes dirán, “¿Sabes? De hecho, en las fuerzas de combate aprendimos sobre estrategia, análisis político – yo preferiría estudiar ciencia política”. ¿Los programas de reparaciones están manteniendo a estos niños en un bajo nivel socioeconómico, o no les están permitiendo prosperar haciendo algo que les guste? Es algo que se debería analizar.


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#### Túnez es otro de los países en los que el ICTJ está muy involucrado. Allí, en lugar de un conflicto de larga data, hubo una larga dictadura. A pesar de los múltiples problemas que ha tenido que enfrentar, el proceso de justicia transicional está vivo y parece estar avanzando: el gobierno tunecino tiene uno de los pocos ministerios de justicia transicional del mundo, y está a punto de promulgar una ley de justicia transicional. ¿Cómo trabajan con los niños y los jóvenes en Túnez?

En Túnez existe el peligro de que los mecanismos de justicia transicional sean vistos como instrumentos de la élite política y de que no aborden las necesidades de la población, en especial de los jóvenes.

Lo que observamos es que, si bien los jóvenes jugaron un papel clave a la hora de iniciar la revolución, desde entonces se los ha dejado de lado. He hablado con algunos jóvenes que sienten que la generación anterior se ha apropiado de la transición, que no está yendo en la dirección que esperaban.

Hace poco coordiné un taller para el Ministerio de la Mujer y Asuntos Familiares, cuyo personal quería entender mejor la justicia transicional. Así que les dimos un panorama general sobre cómo incluir la perspectiva de la infancia como población afectada, como víctimas en los procesos de justicia transicional.

Hay un grupo de activistas juveniles llamado I Watch que trabaja muy eficazmente en la implementación de medidas contra la corrupción y la observación electoral. Recientemente le pregunté a uno de sus miembros qué pensaba de la comisión de la verdad de Túnez, y si seguía los debates sobre la ley de justicia transicional. El activista expresó algunas reservas: “¿Otra comisión? ¿Realmente va a salir algo de esto? ¿O es simplemente otra forma de encubrir el pasado y seguir adelante?

Entonces, primero estamos esperando que se apruebe la ley. Luego, si se pone en marcha la comisión ofreceremos nuestra ayuda en el proceso de selección de comisionados que puedan tender un puente entre la juventud y las generaciones mayores. Además trabajaremos con contrapartes locales para sugerir formas creativas de fomentar la participación de los jóvenes en el proceso de búsqueda de la verdad. De este modo, esperamos ayudar a tender un puente entre las generaciones, y entre la revolución y la transición.


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#### Las consecuencias a largo plazo de las violaciones para los niños están empezando a ser el eje de muchas conversaciones sobre justicia transicional, en particular la transferencia transgeneracional del trauma a los niños, incluso a aquellos que no han experimentado abusos de forma directa. Uno de los casos en los que esto es un elemento importante de la discusión es Canadá, donde una comisión de la verdad investiga los abusos cometidos a raíz de las políticas del gobierno y la iglesia que alejaron a niños indígenas de sus familias y los colocaron en internados, básicamente despojándolos de su cultura. Algunos de estos abusos se remontan a fines de la década de 1800, y continuaron hasta al menos la década de 1970. Hemos trabajado mucho en apoyo de la CVR de Canadá, especialmente con los jóvenes. ¿Cuáles son sus observaciones acerca del trabajo que hicimos, y qué planes hay para volver a participar en ese proceso en el futuro?

En los últimos tres años hemos trabajado muy estrechamente con la CVR de Canadá para llamar la atención sobre el papel de la juventud en los procesos de búsqueda de justicia. Comenzamos por organizar una serie de pequeños retiros para discutir la CVR y el legado de los Internados Indígenas con los jóvenes, y así alentarlos a pensar cómo podrían crear algún producto o presentación ante la Comisión de la Verdad que refleje sus experiencias como herederos de los Internados Indígenas.

Uno de los productos que surgieron de nuestro primer retiro es este video realizado por Molly Tilden y Marlisa Brown, que ilustra algunos de los desafíos que enfrenta actualmente Canadá. Estas dos jóvenes fueron a su escuela y preguntaron a sus compañeros si sabían algo sobre los Internados Indígenas, si creían que tenían algún impacto hoy en día, y si pensaban que habían fomentado el racismo.

Las respuestas son chocantes: algunos de los estudiantes entrevistados, principalmente los jóvenes no aborígenes, desconocen completamente lo sucedido, o simplemente no les importa nada. Otros estudiantes hablan del impacto a largo plazo que observan: altas tasas de alcoholismo, suicidios y embarazos adolescentes.

Entonces hay una gran desconexión en cuanto a cómo la juventud ve la importancia de este legado y el conocimiento que tienen de él. Cuando las personas encargadas de elaborar el plan de estudios de historia para las escuelas secundarias de los territorios del Noreste y Nunavut vieron el video, no podían creer las reacciones de los jóvenes.

Así que se reformuló el plan de estudios para incluir 25 horas de instrucción sobre los Internados Indígenas – que anteriormente apenas se mencionaban en clase – de las cuales el video de Brown y Tilden es un componente fundamental. El trabajo que hicieron estas dos jóvenes como parte del proceso de la Comisión de la Verdad impulsó un cambio en el sistema educativo. Ese es exactamente el tipo de impacto que queremos que tenga nuestro trabajo, y ese es exactamente el papel que creemos que puede tener la juventud. Se trata de un documental producido por jóvenes, en el que jóvenes se dirigen a otros jóvenes. En resumen, es corto, crudo y sin censura, pero transmite un mensaje muy poderoso, y puede hablar sobre estas cuestiones de manera mucho más concisa que una producción de dos horas realizada por un equipo profesional.

Ese fue el primer video producido a partir de nuestro trabajo con la CVR y jóvenes realizadores. Para el Evento Nacional de la CVR en Halifax, en octubre de 2011, organizamos un proyecto diferente para apoyar a jóvenes reporteros. Los estudiantes se prepararon con anticipación, asistieron al evento de la Comisión de la Verdad, documentaron lo que vieron, realizaron entrevistas in situ, y volvieron a su comunidad para crear un documental titulado “Nuestro Legado, Nuestra Esperanza”, que se encuentra disponible online.

Pudimos ayudar a algunos de los estudiantes que participaron en la producción del documental a presentarlo en el marco del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU en 2012. Así que este grupo de jóvenes de una comunidad indígena de Nova Scotia pudieron presentar su visión acerca de cómo han sido afectados por el legado de los Internados Indígenas en la ONU, ante un público conformado por responsables de formular políticas, lo cual fue una experiencia muy poderosa.

A la CVR aún le queda un año de mandato, y esperamos cooperar con ella en el diseño del informe final: ¿Cómo puede incluir el impacto intergeneracional a largo plazo en sus conclusiones y recomendaciones? ¿Cómo puede transmitir el trabajo de la Comisión de la Verdad en un formato que resulte accesible al público más joven? Estas son algunas de las preguntas que estaremos explorando con la CVR a lo largo del próximo año.


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#### Hay un interés creciente en el potencial de la educación como uno de los factores clave del éxito de los procesos de justicia transicional, especialmente porque las sociedades afectadas por violaciones masivas de derechos humanos requieren cambios a largo plazo. El programa de la Infancia y la Juventud del ICTJ, junto con UNICEF, está llevando a cabo un importante estudio sobre la educación y la justicia transicional. ¿Podría explicar un poco los objetivos de este proyecto, qué es lo que analiza, y cuáles se espera que sean sus resultados concretos?

El papel de la educación es una cuestión fundamental, pero hasta ahora ha habido muy pocos casos en los que los resultados de un proceso de justicia transicional hayan sido integrados con éxito al sistema educativo, ya que la reforma educativa es una cuestión muy política, que involucra a una gran variedad de actores y lleva mucho tiempo.

Nuestro nuevo proyecto surge del enfoque de UNICEF sobre la consolidación de la paz y la educación. Dentro de este marco, elaboramos una propuesta para un proyecto de investigación y ayuda técnica que explore la relación entre la educación y la justicia transicional.

Para ello, la Unidad de Investigación y el Programa de la Infancia y la Juventuddel ICTJ plantean tres series de preguntas. La primera es ¿cómo puede la justicia transicional contribuir a los objetivos de consolidación de la paz dando forma a la reforma de los sistemas educativos? ¿Cuáles son los legados de las violaciones de los derechos humanos en el sistema educativo, y cómo puede una educación consciente de la justicia fomentar los objetivos de la justicia transicional, especialmente las garantías de no repetición? El segundo elemento consiste en examinar los programas de reparaciones, y analizar cómo las ventajas educativas pueden facilitar la reintegración de niños y jóvenes a la sociedad.

Pero también queremos abordar cuestiones más prácticas, por ejemplo, ¿hasta qué punto pueden las ventajas educativas formar parte de un paquete de reparaciones, y cómo se pondría esto en práctica? ¿Qué forma tendría, y qué desafíos arrojaría?

La tercera y última pregunta examina la relación entre la educación y la difusión – en concreto cómo la educación puede servir para promocionar los objetivos de la justicia transicional, expandiendo su programa de difusión y contribuyendo a transformar una cultura de impunidad en una de derechos humanos y democracia de manera más sostenible.

Este trabajo comenzó recientemente, a mediados de marzo. Hace poco finalizamos la fase de diseño del proyecto, y actualmente el equipo de investigación está identificando a personas de diferentes contextos para llevar a cabo estudios de caso sobre cada uno de esos temas.

Nuestro trabajo técnico se alimenta de nuestra investigación, y nuestra investigación se alimenta de nuestro trabajo – en este sentido es un ciclo. Esta investigación está dirigida a profesionales de la educación, el desarrollo, la consolidación de la paz y la justicia transicional. Por eso publicaremos un informe más extenso dirigido a académicos y especialistas, pero también artículos más concisos que buscarán incidir en las políticas sobre estos temas.


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#### Finalmente, desde hace un tiempo estamos trabajando en Kenia, donde la Comisión de Verdad, Justicia y Reconciliación acaba de publicar su informe final. El informe tiene ciertos problemas, y se ha denunciado su politización. Sin embargo, fuera de esa discusión está la cuestión de la participación de los niños y la presentación de las conclusiones del informe a los niños, algo en lo que hemos trabajado. ¿Qué trabajo enfocado en los niños se hizo en Kenia? ¿Y qué planes hay con respecto a las partes del informe de la CVJR que conciernen a los niños y los jóvenes?

En Kenia, la CVJR tomó medidas para involucrar a los niños en los procedimientos. Recogió testimonios de unos dos mil niños, y celebró una audiencia para niños en los que estos testificaron a puerta cerrada. También se llevaron a cabo varias actividades culturales durante las audiencias.

Nosotros asesoramos a la Comisión sobre cómo debían llevarse a cabo esas audiencias y sobre cómo proteger y apoyar adecuadamente a los niños. Más adelante, hacia el final del trabajo de la Comisión, realizamos una misión para recabar información acerca del papel que había jugado la infancia.

Lamentablemente, el informe de la CVJR ha sido objeto de ciertos cuestionamientos a raíz de los cambios finales que se hicieron, supuestamente bajo presión política, y otros problemas relacionados con la legitimidad de la Presidencia de la CVJR.
Pensamos trabajar junto con organizaciones como UNICEF, GIZ, Facing History and Ourselves y Shikaya, para producir algo para los niños en las escuelas que represente los objetivos de los procesos de justicia transicional en Kenia, el papel de los niños en estos procesos, su impacto en los niños a lo largo de los años, y ofrezca sugerencias para avanzar. Será un proyecto conjunto con el objetivo de garantizar que algo de ese proceso vuelva directamente a los niños que fueron parte de él.


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#### ¿Qué planes tiene para el próximo año el programa de la Infancia y la Juventud? ¿Hacia dónde vamos?

Seguiremos trabajando en Colombia, asesorando al programa de reparaciones sobre los niños y jóvenes afectados por el conflicto. A medida que avanza el proceso de paz, también abordaremos el papel que deberían jugar los niños y los jóvenes en una futura comisión de la verdad, y cómo garantizar que se haga frente a la magnitud de las violaciones contra los niños.

En Túnez, seguiremos buscando nuevas formas de generar posibilidades de que los jóvenes y los niños participen genuinamente en el proceso.

En Costa de Marfil, estamos trabajando con la actual comisión de la verdad en un contexto interesante, tratando de establecer una metodología específica para tomar declaración a los niños. De modo que estamos aprendiendo de lo que se hizo en Liberia y en Sierra Leona e innovando allí donde sea necesario – por ejemplo cuando desarrollamos un formulario separado para tomar declaración a los niños. Y como parte de ese proceso, nos pusimos en contacto con una red de psicólogos, psicólogos infantiles y profesionales de la salud mental que han trabajado con niños que han sufrido traumas, para que nos dieran sus observaciones sobre el proceso, lo cual fue una experiencia muy enriquecedora.

En Uganda, vamos a abordar la cuestión de los niños, la justicia transicional y la reintegración a partir de enfoques de colaboración. Reuniremos a expertos en justicia transicional, reintegración y temas psicosociales para pensar en las lecciones que podemos aprender de los programas de reintegración que ya han trabajado con niños-soldado en diversos contextos y que podrían aportar a los mecanismos de justicia transicional.

Partiendo de la investigación y el trabajo que hemos realizado hasta la fecha, ahora queremos incorporar e implementar tanto el conocimiento que hemos desarrollado nosotros mismos como el que hemos reunido de otras fuentes cada vez más directamente en nuestros programas nacionales.


FOTOS: (De arriba abajo) Una niña colocando una flor en el acto conmemorativo "Sarajevo Red Line", en honor a las víctimas de la toma de la ciudad. Abril de 2012 (Reuters/Dado Ruvic); Dos niños encendiendo velas conmemorativas durante una vigilia en Nepal (ICTJ); Un niño completa sus deberes en la guardería en Myanmar (UN Photo); Un grafitti en Guatemala (Flickr); Un miembro de las fuerzas rebeldes de Siria lleva en brazos a su hijo en Aleppo, Siria en diciembre de 2012. (ODD ANDERSEN/AFP/Getty Images); Mohamed Bah, ex niño soldado, ayuda a un niño en silla de ruedas como parte de su trabajo como defensor de los derechos de las personas discapacitadas en Sierra Leona (Glenna Gordon/ICTJ); Una niña de Barranquilla, Colombia (Camilo Aldana/ICTJ); Una adolescente visita el Museo de la Memoria en Chile (Flickr); Jóvenes indígenas de Maine, EEUU, junto a los comisionados de la Comisión de la Verdad establecida recientemente en este Estado (Hannah Dunphy/ICTJ); Una niña palestina vista a través del agujero en una pizarra, días después de un ataque aéreo israelí que dañó un colegio en Gaza, en noviembre de 2012. (AP Photo/Adel Hana); Los participantes del Curso Intensivo de Comisiones de la Verdad organizado por el ICTJ en Barcelona, 2011 (ICTJ); Mohamed Bah con su hija en Kenema, Sierra Leona (Glenna Gordon/ICTJ).