No hay que perder esta oportunidad histórica de alcanzar la paz en la región

03/11/2011

La conferencia Justicia transicional y la región de Oriente Medio y el norte de África: desafíos y posibilidades, organizada por el ICTJ y el Instituto para los Derechos Humanos de El Cairo (CIHRS) en la capital egipcia durante el 30 y 31 de octubre, concluyó con un resumen de los temas debatidos durante los dos días, a cargo de Ragab Saad, investigador del CIHRS. Saad enumeró los desafíos a los que se enfrentan los países de Oriente Medio y el norte de África, ahora en diferentes fases de transición, conducentes a la superación de la dictadura y la represión.

Según Saad, cada uno de los Estados presenta rasgos muy diferentes en cuanto a los tipos de violaciones de los derechos humanos y las posibles medidas de justicia transicional. El objetivo de las que podrían aplicarse, entre ellas medidas de justicia penal y rendición de cuentas, comisiones de la verdad, monumentos y reformas institucionales, es común: abordar los legados de los abusos para lograr sociedades democráticas estables.

Sintetizando las cuestiones tratadas en cada sesión, Saad insistió en algo esencial: la necesidad de que los juicios y otros mecanismos de justicia transicional sean imparciales. El mejor ejemplo de lo importante que es el concepto de juicio imparcial lo proporcionaron los procesos penales seguidos contra el expresidente egipcio Hosni Mubarak y el uso de la justicia militar para juzgar a los activistas egipcios.

Saad subrayó que las revoluciones registradas en la mayoría de los países no han acabado totalmente con los vestigios de los antiguos regímenes y que Egipto, Túnez, Libia y los demás países de la región siguen enfrentándose a grandes desafíos. En general, las iniciativas de justicia actuales no se centran en las décadas de violaciones de los derechos humanos, sino que se limitan a tratar los actos de violencia cometidos durante las manifestaciones o casos de corrupción.

Está claro que la justicia transicional, para triunfar en Oriente Medio y el norte de África, precisa de la voluntad de los partidos políticos. Quienes impulsaron los trascendentales cambios en la región no deberían tener ahora que pagar más para alcanzar esos objetivos.

"No podemos dejar pasar esta oportunidad"

Al iniciar su discurso de clausura, Habid Nassar, director del programa para Oriente Medio y el norte de África del ICTJ, mencionó el caso de Yemen y lo importante que es no olvidar lo que allí está ocurriendo. Dio las gracias a las organizaciones colaboradoras, a los participantes y sobre todo al Instituto para los Derechos Humanos de El Cairo, coorganizador de la conferencia. "Vaya mi reconocimiento a todos vosotros, sobre todo a los familiares de las víctimas que han dado su testimonio: ellos son los legítimos portadores de la justicia transicional", afirmó Nassar.

"La región está experimentando cambios históricos, esta es una oportunidad única para conseguir que el pueblo obtenga justicia y nosotros tenemos una responsabilidad. No debemos dejar pasar esta oportunidad". Nassar continuó diciendo que en muchos países la transición no está evolucionando adecuadamente, que en Siria y Yemen se estaban cometiendo crímenes en ese mismo momento, y que incluso en el propio Egipto la situación era difícil y los abusos continuaban.

Sin embargo, si nos quedamos con la parte positiva de esta conferencia, hay que señalar que las intervenciones demuestran que en la región existe un elevado nivel de competencia y que ese potencial debería utilizarse en cada uno de los países para concebir políticas y estrategias. La justicia transicional es ya parte esencial del discurso político, al contrario que hace años, cuando nadie sabía lo que significaba. Ahora el concepto tiene presencia y se desarrolla, como en el caso de Libia, donde es uno de los pilares del proceso de reconstrucción.

"Debemos recordar", recalcó Nassar, "que para la justicia transicional lo fundamental es preservar los derechos humanos. Ben Ali y Mubarak se excusaban en la excepcionalidad de la situación o en el terrorismo para negar los derechos humanos. El contexto revolucionario no debe convertirse en nuestra excusa: el hecho de que estén teniendo lugar las revoluciones no significa que podamos renunciar al carácter sagrado de los derechos humanos".

Ziad Abdel Tawab, subdirector del CIHRS, concluyó diciendo que la comunidad de defensores de los derechos humanos sobrelleva un peso enorme y que tiene la responsabilidad de relacionarse con las fuerzas políticas para esparcir las semillas de la justicia transicional.

No debemos perder de vista que los gobiernos podrían utilizar la justicia transicional para atacar a la oposición, lo cual debe recordarnos la importancia de consagrar los derechos humanos en cualquier programa de ese tipo. Para terminar, Tawab señaló que debemos soportar esa carga, conscientes de que el desarrollo del conocimiento sobre la justicia transicional en nuestra región nos permite partir de experiencias ajenas.