Los sierraleoneses reflexionan sobre el legado del Tribunal Especial en "Semillas de justicia"

16/07/2013

Este año cerrará sus puertas en Freetown un tribunal único.

El Tribunal Especial para Sierra Leona, un organismo híbrido constituido conjuntamente por las Naciones Unidas y el Gobierno de Sierra Leona, está a punto de finalizar el mandato de juzgar a los principales responsables de los crímenes cometidos durante la guerra civil que tuvo lugar en el país durante los años 90, en la que decenas de miles de personas fueron asesinadas, violadas o resultaron mutiladas, y cientos de miles fueron expulsadas de sus casas.

El 17 de julio, Día de la Justicia Internacional, el ICTJ contempla el legado del Tribunal Especial para Sierra Leona escuchando las voces de aquellos para los que realmente trabaja: los ciudadanos del país.

Nuestro nuevo proyecto multimedia, "Semillas de justicia: Sierra Leona", presenta cinco retratos de sierraleoneses cuyas vidas se han visto afectadas por las labores del Tribunal Especial para Sierra Leona.

Queríamos saber qué ha hecho el tribunal por su país, qué dejará tras de sí cuando cierre sus puertas y cómo han afectado los juicios a las vidas de esos supervivientes.

Las imágenes delicadas e íntimas de la galardonada fotógrafa Glenna Gordon nos ayudas a narrar historias cotidianas de Sierra Leona más de una década después del fin del conflicto. Con sus propias palabras, esas personas hablan de la terrible incertidumbre que sufrieron al verse obligadas a huir de sus hogares, la devastadora tristeza de la pérdida personal y el dolor de las familias desgarradas por el caos de la guerra.

Las suyas son historias de superación personal y dan fe de la lenta y constante recuperación registrada en las comunidades de Sierra Leona después del conflicto: hablan de cosas como la apertura de tiendas al amanecer, el cuidado de los huertos o las elecciones presidenciales, detrás de las que subyace la confianza en que vuelve a imperar el Estado de derecho en el país.

Estos sierraleoneses no se hacen ilusiones sobre el trabajo que queda por hacer y, a su manera, todos se esfuerzan por mejorar la vida de sus comunidades.

Todos tienen claro que la aportación del Tribunal Especial a la rendición de cuentas después de la guerra radica en que les ha reportado confianza en las instituciones y fe en la posibilidad de que en Sierra Leona se haga justicia.

Las voces de "Semillas de justicia"


Image removed.     Aminata Sesay es empresaria. Es la dueña de Amsays Own Goods, un pequeño almacén situado en una de las plazas más concurridas de Freetown. “Sin justicia, independientemente del desarrollo que haya ahora, no hay paz”.

Image removed.     Mohamed Bah era un estudiante cuando la guerra estalló. Fue capturado por los rebeldes y forzado a luchar con otros niños soldado. Actualmente dirige una ONG para defender los derechos de los discapacitados. "Queremos que Charles Taylor siga en la cárcel", dice. "Si se hace justicia, creoq ue todo nos irá bien".

Image removed.     Claire Carlton Hanciles es la directora de la Oficina de la Defensa del Tribunal Especial para Sierra Leona. Durante la guerra se vio obligada a huir de su país durante más de un año. ahora se encarga de proteger los derechos de los acusados. "Vi cómo el Estado de derecho se ponía del revés".

Image removed.     Princess AD Rogers trabaja como defensora de los derechos de las mujeres en Kenema. “Las mujeres siguen siendo violadas, las mujeres siguen siendo golpeadas, las mujeres siguen siendo asesinadas por sus novios o maridos, las niñas siguen siendo violadas: [todo ello] porque los responsables de estos delitos quedaron en libertad".

Image removed.     El jefe Kasanga II es el jefe tradicional de Makeni, la segunda localidad más grande de Sierra Leona. Diariamente, los miembros de su comunidad acuden a pedirle consejo y orientación. “Ahora creemos que, no importa quien seas, ni cuán rico seas, el tribunal siempre estará por encima de ti”.

Observando el legado del Tribunal Especial

"Semillas de justicia: Sierra Leona" forma parte de un proyecto del ICTJ que, a lo largo del pasado año, ha reunido a sierraleoneses con sectores de la comunidad internacional para reflexionar sobre las labores del Tribunal Especial para Sierra Leona (SCSL, por sus siglas en inglés).

El proyecto "Indagando en el legado del Tribunal Especial para Sierra Leona” planteó cuestiones delicadas sobre el SCSL: ¿cómo debemos interpretar sus éxitos, las lecciones extraídas de sus retos y deficiencias, y su función dentro de iniciativas más amplias destinadas a fomentar la rendición de cuentas en relación con crímenes graves? Con el fin de ayudar a conservar la historia del SCSL creamos una cronología interactiva que repasa los principales hitos del tribunal durante sus once años de existencia. Además, hemos elaborado una serie de podcast con entrevistas a expertos en el Tribunal Especial, como Allieu Ibrahim Kanu, embajador de Sierra Leona; Stephen J. Rapp, embajador extraordinario de EE UU para cuestiones relacionadas con la justicia penal mundial, y Alison Smith, profesional de la justicia internacional.

“Si se hace justicia, creo que todo nos irá bien." - Mohamed Bah, ex niño soldado
    Para culminar el proyecto nos propusimos abordar el legado del tribunal desde el punto de vista de los supervivientes del conflicto sierraleonés: una defensora de los derechos de la mujer, una abogada, un jefe tradicional, una empresaria, y un mutilado y defensor de los discapacitados.

La creación del Tribunal Especial para Sierra Leona

Luego de diez años de brutal guerra civil, en la que decenas de miles de personas fueron asesinadas, violadas y mutiladas, y cientos de miles expulsadas de sus hogares, en 2002 el Gobierno de Sierra Leona se unió a las Naciones Unidas para crear el Tribunal Especial, con el fin de juzgar a los principales responsables de los crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos en el país.

El 12 de junio de 2000 el presidente sierraleonés Alhaji Ahmad Tejan Kabbah envió una carta a Kofi Annan, secretario general de la ONU, para pedirle su ayuda en la creación de un tribunal con credibilidad que procesara a los autores de los crímenes cometidos durante la guerra civil.

El Tribunal Especial se concibió para investigar y procesar a los principales responsables de "graves violaciones del derecho humanitario internacional y del derecho de Sierra Leona", cometidas en el territorio de ese país después del 30 de noviembre de 1996.

Durante diez años, el SCSL, primer tribunal "híbrido" en el que colaboraron miembros nacionales e internacionales, procesó a 13 personas, entre ellas el expresidente liberiano Charles Taylor, primer jefe de Estado al que, durante el ejercicio de su cargo, se acusó de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.    
El 17 de julio, Día Internacional de la Justicia, el ICTJ contempla el legado del Tribunal Especial para Sierra Leona escuchando las voces de aquellos para los que realmente trabaja: los ciudadanos del país.

En abril de 2012 una sala del tribunal dictaminó que Taylor era culpable de 11 cargos relacionados con la planificación e instigación de crímenes cometidos por fuerzas rebeldes en Sierra Leona, condenándole a 50 años de cárcel. La sentencia ha sido recurrida.

El Tribunal Especial ha proporcionado cierta justicia a las víctimas y, según las encuestas, la mayoría de los sierraleoneses lo ve con buenos ojos. Sus juicios han dado a los ciudadanos la oportunidad de conocer la verdad sobre lo ocurrido durante el conflicto y sus tribunales han permitido a cientos de víctimas acceder a un foro jurídico en el que contar su historia.

Pese a todo, se ha criticado al tribunal por procesar a un número relativamente escaso de criminales y por no ofrecer reparaciones para las víctimas y sus familias, que en muchos casos continúan sufriendo las terribles consecuencias del conflicto.

"Muchos nos alegramos cuando La Haya emitió su veredicto [contra Charles Taylor]. Pero aún quedan muchas cosas por hacer para abordar las necesidades de quienes quedaron mutilados durante la guerra", afirma Mohammed Bah.

El Día de la Justicia Internacional, el ICTJ reconoce las aportaciones del SCSL a la transición sierraleonesa tras el conflicto y al proyecto de la justicia transicional en su conjunto.