Lecciones de América Latina: Argentina, 30 años después

26/07/2012

Continuamos con nuestra serie especial de podcasts “Lecciones de América Latina”, en la que revisitamos la región pionera de la justicia transicional para aprender de sus 30 años de experiencia desarrollando este tipo de iniciativas. Si hay un país representativo en el Cono Sur a la hora de haber llevado ante los tribunales a los autores de crímenes cometidos durante regímenes autoritarios, este es sin duda Argentina. Pero incluso en este país, alabado siempre como el ejemplo a seguir en el enjuiciamiento de violadores de los derechos humanos en cortes nacionales, traspúan algunas dificultades tras más de seis años llevando a cabo una intensa tarea judicial para hacer frente a las atrocidades cometidas entre 1976 y 1983.

Para hablar sobre estos procesos judiciales y los problemas a los que se enfrenta la justicia argentina en la actualidad entrevistamos a Mirna Goransky, Fiscal General Adjunta de la Procuración General de la Nación, quien lleva a cabo la acusación en el juicio contra la Escuela de Suboficiales de Mecánica de la Armada, más conocida como la ESMA.

“La justicia federal argentina está prácticamente dedicada a llevar adelante estos juicios por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura”, dice Goransky. “Mientras la justicia se ocupa de hacer estos juicios, y se va a ocupar hasta que muera el último de los acusados -porque por ser crímenes contra la humanidad estos juicios no prescriben-, prescriben el resto de los procesos por otros delitos que se cometen”.

[Descargar](/sites/default/files/ICTJ-Goransky-ESMA-Podcast-ES.mp3) | Duración: 15:25mins | Tamaño del archivo: 10.8MB

La cuna de la justicia transicional, y uno de los ejemplos más establecidos en el mundo de complementariedad –el enjuiciamiento de crímenes graves en tribunales nacionales– se plantea ahora agilizar los procesos por crímenes contra la humanidad. “Estoy muy de acuerdo en que se hagan estas cuestiones”, dice Goransky, “pero también creo que hay que ser muy cuidadosos para que podamos seguir diciendo que han sido juzgados con las mismas reglas que se juzgan a todas las personas en la República Argentina”.

La Fiscal General Adjunta lamenta el poco seguimiento que han tenido juicios como el de la ESMA, que se extendió 22 meses: “Sólo en muy pocas audiencias el público estuvo presente. Y los medios tampoco, salvo en algunos momentos muy puntuales”. Goransky apunta el porqué: “Lo que pasa es que la gente ya a esta altura en la Argentina sabe lo que pasó. Ya saben de la existencia de campos de concentración a lo largo de todo el país, saben de las torturas a las que fueron sometidos los que estaban ahí, saben de las desapariciones, saben de la forma que tenían de deshacerse de los cuerpos a través de los Vuelos de la Muerte o de entierros en fosas comunes… Hoy han pasado treinta años, entonces ya hay otra distancia”.

Si alguna cosa le han enseñado los años de juicios a la Fiscal General Adjunta es que “las cosas no se olvidan, el reclamo de justicia es muy fuerte y debe ser satisfecho”. Pero los grandes esfuerzos, tanto económicos como de todo tipo, que los juicios están suponiendo para la Argentina hacen que Goranksy recomiende a otros países que enfrentan crímenes similares lo siguiente: “Hay que hacer los juicios, pero hay que hacerlos bien; aprovechando los recursos que se tienen, teniendo en cuenta los tiempos”.

Foto: El equipo de la fiscalía durante el juicio de la ESMA. Por Centro de Información Judicial.